Leire Martínez Barredo: «¡No me creía que me pagasen todo por jugar!»
Es licenciada en Empresariales y la actual campeona de Euskadi absoluta de tenisEsta joven se ha marcado un buen tanto al conseguir una beca deportiva con todos los gastos pagados en la Sonoma State University (SSU) de California. Suena a película de fin de semana cien por cien americana. Una chica con potencial para el deporte es fichada por un entrenador y la universidad le cubre todos los gastos para su formación. Sí, muy estadounidense, pero choca cuando se trata de una vasca. Claro que Leire Martínez Barredo no es una promesa, sino la actual campeona de tenis en Euskadi en categoría absoluta. Y no solo una temporada, sino en tres ocasiones en los últimos cuatro años. Además de manejar con soltura la raqueta, se ha licenciado en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Deusto. Su carrera es prometedora.
Nada más cumplir la mayoría de edad le ofrecieron la posibilidad de irse becada a Estados Unidos. «Por aquella época no conocía a nadie que se hubiera marchado con esas condiciones y nos pareció muy precipitado en casa». No descuidó sus estudios en Bilbao, pero tampoco su carrera como tenista. Ya finalizada la licenciatura, tuvo claro que quería cruzar el 'charco'. No era su primera experiencia en el extranjero. Desde muy jovencita pasó varios veranos fuera para entrenar su inglés. Pero su última estancia en Miami la dejó marcada. «Aquí en España hay varias empresas que buscan jugadores y hacen de intermediarias mediante acuerdos con campus estadounidenses», explica.
Reconoce que «juego a tenis desde que tengo uso de razón», pero entre sus planes no estaba el de continuar su carrera en el extranjero. Tras la oferta que le hicieron con 18 años, y vista la formación que le pagaban en EE UU, se puso en contacto con una empresa que la promocionó, sobre todo, por Carolina del Sur. Cuando parecía que iba a ser su próximo destino, un entrenador le ofreció la posibilidad de pedir una beca en el campus de la Universidad de California. Se encontraba allí como segundo 'coach', y ella se dejó llevar por las cálidas temperaturas.
«Pensé, ¿me van a pagar todo por jugar? ¿Dónde está el lado malo?», confiesa. No hay nada oculto, algo que ha podido comprobar desde enero, cuando se mudó al condado de Sonoma, en las cercanías de San Francisco. Lo único que le ha resultado complicado es el capítulo burocrático. «Por ser deportista internacional aún te piden más papeles». Ella, que iba «a jugar por Euskadi y poco más», se ha visto de pronto defendiendo los colores de un campus californiano en la liga norteamericana de tenis universitario. En compensación, Martínez Barroso ha recibido una beca deportiva que cubre al cien por cien sus estudios de un máster de dos años, así como todos los derivados de su alojamiento, manutención, seguros...
Aún guarda en su memoria el día en que, «con nervios», voló a EE UU. «Vas con el miedo de que no te vaya tan bien como la gente que se encontraba allí. Además, en mi universidad hay muy pocos estudiantes internacionales. En mi equipo solo hay otra española, el resto son californianas». Nada más aterrizar, cargada de ilusión, se mudó a la casa de su 'nueva' familia. Y es que esta vizcaína se aloja en la casa de una pareja estadounidense. «Mi familia de acogida me pareció encantadora desde el minuto cero».
En la universidad también va todo como la seda desde el inicio. El deporte está muy valorado en EE UU, así que se ha sentido muy protegida en todo momento. «Valoran que no estás en tu país y que eres deportista. Eso hace que te presten más ayuda, por ejemplo para poder faltar a clase por entrenamientos o competiciones». Es una oportunidad a la que le va a sacar mucho provecho porque es consciente de que para hacer eso mismo en España su familia tendría que invertir mucho dinero, ya que no existen ese tipo de ayudas.
Prendada de San Diego
No solo está desplegando toda su profesionalidad en la cancha, también aprovecha al máximo la formación de su máster. «Las clases son mucho más prácticas y llevan a cabo más exposiciones». Eso sí, en un campus americano todo es tal cual se describe en los largometrajes. «Existen las hermandades y en la cafetería están colgados los horarios de los partidos. Aunque es el rugby americano el deporte que se lleva toda la expectación con su equipo de animadoras».
La mayor parte de su tiempo lo pasa estudiando, entrenando y compitiendo en 'casa' o viajando a los estados más próximos. Pero esta semana ha podido ejercer de turista y visitar la costa californiana gracias al 'spring break', el descanso primaveral de los universitarios estadounidenses. Y se ha quedado prendada de San Diego por su buen clima y la belleza de la ciudad. «Me gustaría vivir allí», admite. Aún le queda mucho tiempo cerca de San Francisco, al menos hasta diciembre de 2015, cuando se acabarán el máster y su beca para competir con la universidad. Poco a poco se va acostumbrando al cambio cultural, pero lo que peor lleva son los horarios de la comida. «El lunch, como llaman a la comida, es muy ligero y la cena es la comida más fuerte del día, pero a las siete de la tarde ya se está con el plato sobre la mesa». Con todo, desde que aterrizó en enero en California, se plantea cada día prorrogar su estancia más allá de la beca. «Pero el tema del visado y los permisos de trabajo es muy complicado».










